Paisajes

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Aunque mayormente centrado en la figura humana, Coello ha abordado el paisaje como un espacio cargado de memoria y simbolismo. Sus paisajes, a menudo impregnados de atmósferas oníricas, mezclan la realidad con la evocación, integrando elementos naturales con trazos que sugieren la presencia humana. El uso del color y la luz genera ambientes que trascienden lo visible para ofrecer una experiencia sensorial y emotiva.

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Se intuye una historia y una tradición, trasladadas al hombre de hoy, como bien lo ha señalado el famoso poeta ecuatoriano Jorge Carrera Andrade: «un hombre planetario, sobre todo por su esperanza en un destino común, por su inmersión en una común angustia». En su labor de medio siglo, su pintura se ha presentado en museos y galerías de ciudades importantes como Roma, Madrid, Zúrich, Budapest, El Cairo, Beirut y, naturalmente, en las capitales de América. Coello atraviesa el mundo de las sensaciones para dejar el testimonio de su infinita cromática y fantasía.

José Luis Montoné