Años 60-70

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Durante los años setenta, Francisco Coello consolidó un estilo figurativo que se caracteriza por la fuerte presencia del mestizaje cultural y la exploración matérico-sensorial. En esta época, su obra está marcada por una paleta vibrante y una composición densa, donde la figura humana emerge con fuerza desde fondos texturizados. La experimentación con materiales y el interés en la identidad latinoamericana hacen de este período una etapa crucial, donde se sentaron las bases de su lenguaje plástico personal.

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“¿Qué hace que los pintores latinoamericanos que van a residir en otras latitudes sigan siendo reconocidos como pintores de esta parte del mundo y no de ninguna otra…? Nadie que quiera referirse al itinerario artístico de Francisco Coello podrá prescindir de abordar esta cuestión, pues no hay crítico europeo —la obra del pintor ecuatoriano ha sido comentada por los más importantes de esa región del mundo— que no le endilguen este signo. Su pintura lleva implícita una raíz que lo conecta con su tierra y cultura originaria, un sello indeleble que trasciende su residencia física y que continúa definiéndolo en el plano artístico internacional.

Marco Antonio Rodríguez